Me estresas demasiado
- Maite Bermejo Astiz
- 26 sept 2020
- 3 Min. de lectura
"Me estresas demasiado". No paro de repetirlo en mi cabeza. Una y otra vez, pienso en cuánto me estresan tus acciones. Entro en pánico. Me duele el pecho. Los costados. La espalda. Comienzo a notar mi cuerpo en tensión. Debo controlarlo. Pero siento que me ahogo. Me repito a mí misma: "inhala, exhala". Así una y otra vez. Comienzo a respirar. 4 segundos para coger el aire, 8 segundos mantenerlo, y otros 8 para soltarlo. Noto como entra por mi nariz, va hasta el pulmón, los bronquiolos, y sube otra vez para que salga por mi boca. "Sólo ha sido un pequeño ataque de ansiedad". Como si eso fuese poco. Pero no me importa, he conseguido controlarlo.
4 segundos para coger el aire, 8 segundos mantenerlo, y otros 8 para soltarlo.
Vuelvo a respirar bien, a estar tranquila, y vuelvo a una situación estresante. Lo que ha ocurrido es que me estresa mi situación, y siento que no la puedo controlar, que se me escapa de las manos. Pero pese a mis sentimientos, intento controlarla, y controlarme. No perder los nervios. Pero vuelvo a empezar con lo mismo. Retenerlo dentro hace que el dolor de pecho vuelva. Que de vez en cuando aparezcan pinchazos en mi pecho izquierdo, cerca del corazón.
Se me escapa de las manos.
Por las noches necesito una infusión. En mi cabeza pienso si tomar una manzanilla por el dolor del estómago, una tila por la excesiva ansiedad, o una mezcla de ambas. Termino eligiendo ésta última. Echo un vaso de agua a una perola, espero a que hierva, y me hago la infusión. Para escribir esto mientras la tomo en el salón de mi piso de Bilbao, escuchando Sen Senra de fondo. Temazos como No me sueltes más o Ya no te hago falta intentan calmarme. Un poco lo consiguen. Pero sigo con dolores en el pecho del estrés y la ansiedad acumulada durante el día.
Después del cole he llegado a casa, y estaba Ainara en el salón. Me he puesto a merendar con ella. Hemos reflexionado. Ha comenzado a hablar. Se le han saltado algunas lágrimas mientras me abría su corazón. Yo sólo he sido capaz de contarle 1/3 de mis preocupaciones porque he estallado a llorar y no era capaz de decir más. Ese puedo y no quiero. Acto seguido nos hemos calmado y nos hemos puesto a ver una preciosa peli llamada Arrietty y el mundo de los diminutos, de Studio Ghibli. Una maravilla de película. Pero yo no paraba de pensar en que me creas ansiedad. En que no paro de darle vueltas a las cosas. En aquello que no puedo controlar. Intento despejarme, pero no puedo.
Lo único que tengo claro es que me estresas demasiado. Tanto tú, como las otras 8 preocupaciones que tengo dentro de mi mente. Estoy yendo a una psicóloga para superar ciertos traumas. Pero no por eso soy más débil. Siento rabia e impotencia. No me siento comprendida ni escuchada. Aunque sé que tengo a gente en quien confiar. Cada día voy mejorando, eso es cierto. Pero, ¿y el daño que me causa?
¿Y el daño que me causa?
Vuelvo al bucle. Vuelvo a entrar en pánico. Me vuelve a doler el pecho. Pinchazos. Dolor de estómago. "No puedo más" me digo. Y lloro. Mucho. Sin parar. Y así, noche tras noche, día tras día. Ansiedad. Impotencia. Rabia. Agobio. Falta de aire, y ataque de pánico. Volver a tomarme una infusión para dormir. Volver a sentirme mal conmigo misma. Inestabilidad. Hasta que consigo quedarme dormida.
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